Copyright 2015 © Todos los derechos reservados
Web Design PaginasWeb7pro.com
Email de Contacto: antologiabomberil@msn.com
                       
Estampillas

En el año 1992 el Diario Austral de Puerto Montt, con la firma de don Luis Rafael Martínez Sáez, editó el siguiente reconocimiento:
 
"GRACIAS, HERMANO BOMBERO"

 
Recién, hoy estoy en condiciones de tomar la pluma para escribirte, querido hermano.
 
Recién, hoy, mi mente y mi mano pueden actuar coordinadamente para expresar lo que desde algunos días, querido hermano, quiero decirte.
 
Recién, hoy, puedo expresarte lo que desde hace algunos días ha sido un ingente balbuceo provocado por la necesidad de contarte cuánto te quiero y cuánto significas para mí.
 
¡Bombero querido!
 
¡No se tu nombre!
 
¡Seguramente eres Juan, Sergio, Alberto, Ernesto, Ramiro, Hernán, Jaime, Javier o Ignacio...!
 
¡No importa!
 
¡Tu nombre, hermano, es Bombero!
 
A tu alma de hombre noble, a tu espíritu de caballero y a tu corazón, lleno de amor al prójimo, no les interesa que nosotros, seres comunes y corrientes, te conozcamos por tu nombre.
 
Tú, hermano bombero, viniste al mundo, a este país y a esta ciudad, a entregar tu trabajo, tu sacrificio, tus esfuerzos, tus desvelos, tu salud, incluso tu vida para ayudar, para salvar, para cuidar, a cualquiera de nosotros, sin preocuparte de nuestro apellido, posición social, ideologías o creencias.
 
Hace algunas noches atrás, cuando mi esposo y mis hermanos nos encontrábamos cercados por las llamas y una humareda impenetrable, y ni siquiera podíamos salir a la calle, donde la situación era aún más grave, apareciste tú.
 
¡Mi familia y yo sabemos que Dios te envió a ti, a salvarnos!
 
Apareciste tú y varios otros hermanos de tu calidad y nos sacaron del rincón donde, acurrucados, rezando, esperábamos lo peor.
 
Recién hoy puedo preguntarme ¿Por qué arriesgaste tu vida por salvar la mía y la de los míos?
 
¿Acaso no tienes madre, esposa o hijos que te necesitan?
 
¿Qué te hace, bombero, interrumpir tu sueño y tu descanso para trabajar toda la noche, para ayudar a los desvalidos que, en esos momentos, sólo te tienen a ti?
 
¿Qué recompensa hay tras tanto sacrificio y peligro?
 
¡Para ser, como eres, hay que nacer especial!
 
¡Tiene Dios que haber puesto en tu alma algo de lo que puso en su hijo, Jesús!
 
Después de lo que hiciste por nosotros, mi familia y yo sólo podemos agradecerte con intenciones.
 
Estamos rogando a Dios que proteja vuestra vida, que te libre de accidentes en el peligroso actuar que te ha fijado tu espíritu superior.
 
¡Y sólo tengo una forma de darte las gracias! ¡Invoco al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo para que cuide de ti y de los tuyos, ahora y siempre!
 
¡Por favor, permíteme llamarte "Hermano"!
ación.